LA ESPERA


 

Estos días previos al domingo 6 de septiembre, cuando Manuel volará a Alemania, son de espera. Espera en muchos sentidos.

 

Como unos padres, esperamos que lo que viene salga bien y podamos celebrar la vida, como hacen los padres al ver a su hijo, o cogerlo por primera vez.

 

Como los niños que comienzan la escuela, esperamos haciendo los preparativos propios de un viaje de este tipo, procurando no olvidar nada importante en el tintero.

 

Como las madres a los pies de la cama, esperamos impacientes a que baje la fiebre, en este caso el peligro, para poder respirar un poco más tranquilos.

 

Los tiempos de espera son complicados, sobre todo cuando se trata de una enfermedad así. Nos armamos de esperanza, de optimismo. Esgrimimos la defensa de unos buenos médicos, un buen equipo que sabe lo que hace. Los que tenemos fe también nos armamos con la confianza que da la misma.

 

Por tanto, podemos decir que LA ESPERA es un TIEMPO DE PREPARACIÓN. Como los atletas, Manuel lleva una buena preparación, ya que estos dos meses ha estado más dinámico que en los últimos años. No es una preparación intensiva, pero estar entrenada es importante. Y, sobre todo, está super motivado. Sí, en la espera antes de una carrera, el atleta se concentra y se motiva, piensa en todos los que le han ayudado a prepararse. Sabe que no necesariamente tiene que llegar primero, conoce sus limitaciones, pero la motivación puede hacer que supere sus expectativas.

 

Pronto, Manuel va a tener una de sus carreras, quizás la más importante. Y va a tener un estadio llevo de voces amigas que lo van a alentar, que lo van a motivar, que lo van a empujar. Cuando LA ESPERA tiene tantos buenos componentes, se convierte en ESPERANZA. Son dos palabras con la misma raíz, pero no es lo mismo esperar que tener esperanza.

 

Os agradecemos que en este tiempo de espera, todos estemos alentando a Manuel. Como en un coro, no puede haber voces disonantes. Como en una carrera de atletismo, dejemos que el corredor se concentre. Todos nosotros lo hemos acompañado y le hemos allanado el camino. En este tiempo de espera, todos le podemos soplar al oído y decirle: ¡Ánimo, Manuel! Tú puedes. Todos estamos contigo.

 

Gracias a todos por acompañarnos también en la espera.


Publicado originariamente el 30 de agosto de 2015