A lo largo de toda esta semana han sido muchos los apoyos que hemos recibido en Internet. Desde luego, todos poseen el mismo valor en cuanto a que todos nos hacen un hueco en su corazón y también en sus perfiles públicos. Pero no debemos olvidar que los apoyos más importantes son, muchos de ellos, anónimos, y lo único que hacen es acercarse a su entidad bancaria y depositar una ayuda. Queremos ser conocidos, que se conozca nuestro caso, nuestro pueblo, nuestras actividades, pero seríamos terriblemente injustos si además de agradecer a los famosos su apoyo, no reconociésemos el apoyo de la gente de a pie. De los que ya han aportado, de los que lo harán, de los que hacen cosas sencillas (como un grupo de niños vendiendo sus pulseras hechas por ellos), o de los que organizan y se comprometen con los muchos eventos que van a tener lugar la semana próxima. Con D. Antonio Lebrón que a todos nos conoce, con José María que el pobre no da más de sí, con Derick y su eterna disponibilidad... Esos son los mejores apoyos... y también los de Internet, los que en sus lugares de origen ponen iniciativas en marcha, los que en un claustro de profesores piden y explican, los que no tienen vergüenza de poner su cara y dejar que otros vean en ella la capacidad de ser solidario. Quiero terminar esta entrada-reflexión recordando el mensaje de una persona que "pedía discupas por no poder dar más y porque el banco le había cobrado 3 € de comisión". Tienes todos los perdones del mundo, porque tu gesto es, como el de muchos otros, un monumento. No importa la cantidad, importa ser uno más que apoya. Gracias.
Publicado originariamente el 26 de junio de 2015